Un cuento para niños que no quieren ir a dormir, La Liebre y La Tortuga

 Una ya vieja fábula de La Fontaine, pero que es muy aleccionadora, descubre la moraleja que hay al final de este hermoso y tierno cuento para niñas y niños...

ilustración de La Liebre y La Tortuga en una carrera


FÁBULA CLÁSICA:  LA LIEBRE Y LA TORTUGA

(Autor, La Fontaine)


Conversaban un día la liebre y la tortuga, y se le ocurrió de pronto a ésta hacerle una rara apuesta.


-Estoy segura de poder ganarte una carrera- le dijo.

- A mí?--preguntó, asombrada, la liebre.

-- Pues sí, a ti. Pongamos nuestras apuestas en aquella piedra

y veamos quién gana la carrera.


La liebre, muy divertida, aceptó. Confiada en su ligereza, dejó

partir a la tortuga y se quedó remoloneando. iVaya si le sobraba el tiempo para' ganarle a tan lerda criatura!


Pasito a pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió el camino. La liebre se había quedado dormida, itan tranquila se sentía!


Despertó de pronto, y comprendió que el tiempo había pasado sin sentirlo; la tortuga debía estar ya lejos. Entonces echó a correr con su acostumbrada ligereza, pero era demasiado tarde: la tortuga atravesaba en ese momento la línea de llegada. Había ganado la apuesta.


Moraleja-leja-cheja, ji ji


No confiemos en nuestra superioridad sobre lo demás para alcanzar una meta; sin dedicación. seremos derrotados


fábula infantil de La Liebre y La Tortuga


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